jueves, 17 de mayo de 2012

Trabajo cooperativo

  
   Al margen de la metodología tradicional empleada en el proceso de enseñanza - aprendizaje, fundamentada en principios donde la figura del alumno es pasiva y mera receptora de las instrucciones del profesor, debemos apostar por una educación basada en el discente, activa, que tenga en cuenta las características de los alumnos y las entienda como un recurso útil que favorece y contribuye al conocimiento.

   Por ello, consideramos relevante el mostraros a vosotros, profesores encargados de la educación de los niños en la escuela, una nueva propuesta de transmisión y desarrollo de conocimientos. Se trata del aprendizaje cooperativo, una forma sistemática de organizar la realización de tareas en pequeños equipos de alumnos. Consideramos que, además de la figura del profesor, nuestros estudiantes aprenden debido a la interacción con sus compañeros, las ayudas que éstos se brindan.

  Otro elemento ventajoso de esta práctica educativa es que podemos atender de manera más individualizada a nuestros alumnos, respetando ritmos y estilos de aprendizaje distintos.

   Para la correcta puesta en marcha en el aula, enumeramos algunos aspectos claves a seguir:
  • Estructurar la clase en grupos: de cuatro alumnos heterogéneos donde trabajar de manera autónoma.
  • Desarrollo: cada grupo, de manera autónoma, realizará el trabajo o tarea propuesto por el profesor. Siempre que resulte necesario, éste les apoyará durante todo el proceso, pero destacamos que son los propios alumnos los que se ayudarán y se explicarán los unos a los otros.
  • Profesor: no debe basarse en lecciones magistrales, sino que será una guía en el proceso de aprendizaje.
  • Evaluación: pese a que los trabajos, partiendo de esta metodología, son realizados en grupo y, por ello, deben ser evaluados en conjunto, se ha de tener presente, también, la labor individual que cada uno de ellos ha desempeñado, evitando, así, injustas valoraciones.
  Finalmente, citamos los beneficios que aporta esta forma de trabajo, de manera que no dudéis en proponerla en nuestra aula:
  • Buen comportamiento de los grupos, mayor compañerismo.
  • Aprendizaje activo, basado en el alumnado, lo que posibilita que éste trabaje durante el desarrollo de las clases.
  • Desarrollo de autonomía.
  • Atención a la diversidad: el profesor se centra en las dificultades que aparezcan.
  • Mejores resultados académicos.
  Esperamos que os haya convencido esta metodología de trabajo, que la pongáis en marcha y que disfrutéis de sus resultados.

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